Cuando ya parecían temas de hace tres décadas y posturas ideológicas de otro momento, nos enteramos ahora de que en nuestra región centroamericana tendrá lugar en los próximos días el II Encuentro Latinoamericano de Teatro del Oprimido.
Pero ¿qué ha hecho que esta corriente perviva y se mantenga fresca y con aires de actualidad?
Pues obviamente hay una razón fundamental: el que siguen existiendo seres humanos viviendo sin la dignidad de una persona.
Pero hay otra razón (la que también le da sentido a la publicación en este blog): este tipo de teatro es un método de escenificación que - contrario a toda postura verticalista, en la que solo los actores pueden decir-, se constituye en una opción en la cual los y las ciudadanas terminan formando parte del elenco, no como simples apoyos a la acción de un actor sino como personajes activo que contribuye a la explicación y a la búsqueda de soluciones a los problemas sociales de su entorno, llegando incluso para ello a modificar el guión de la obra.
Se vuelve asi, la escena, un espacio para la comunicación, para el intercambio de sentidos y de propuestas orientadas a mejorar la calidad de vida de las personas.
El Encuentro Latinoamericano tendrá lugar en la ciudad de Quetzaltenango, Guatemala, del 20 al 30 de enero próximos. El anterior encuentro se produjo en Argentina hace 3 años.
Según publicaciones de medios locales del país anfitrión, se espera la concurrencia de aproximadamente de 500 actores y actrices más miembros de la comunidad nacional interesados en conocer y difundir el método.
El encuentro incluirà charlas, paneles, talleres y puestas en escena.
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